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02 abril 2012

Crónica: Ruta Rincón Bello- Pantanet de Petrer




   Todo empezó como uno de tantos domingos, cuatro integrantes de Els Caragols: José M, El Lolo, India y yo nos disponíamos a dar nuestra rutinaria salida dominguera. Al llegar al aparcamiento de Rincón Bello,sobre las 8 de la mañana el termómetro marcaba - 3ºC, nos encontramos a Antonio “El H” y Ernesto. Tras un rato de parloteo senderil  decidimos irnos con ellos.

   Nada raro, salimos del aparcamiento y tomamos el camino que posteriormente convertido en senda toma el rumbo hacia Rabosa, pero al pasar la “Casa de Herrero”, El H y Ernesto haciendo gala de su dominio de la zona nos sorprendieron guiándonos por la Rambla de Rabosa, aquí ya encontramos signos de la tan grata sorpresa que más adelante nos aguardaba, mucha humedad y charcos convertidos en pistas de patinaje. La rambla nos fue a dejar en el punto más hondo del camino de Calafate.



   Cogimos el camino que pasa por delante de la Casa de Calafate en dirección a la Casa del Tros, pero claro, al llegar a la altura de La Senda Potasio…, visita obligada; con todo esto decir que el ritmo de nuestros acompañantes era el de un Uruk-hai recién salidos de las entrañas de Mordor, a pesar de las repetidas interrupciones de India para que bajasen el pistón.






   A la salida de La Senda Potasio nos dirigimos hacia la Foradá desde el sur y bordeándola por el este. Nuestro siguiente destino iba a ser la Ermita de Catí por la Colada del Estret. La Ermita de Catí es punto de reunión de senderistas y caminantes, parada obligada para tomar fuerzas y otear durante unos instantes las magníficas vistas que da el Cid y sus alrededores.  Al fin un descanso!!!, los siervos de Saruman nos daban tregua, rebuscamos en mochilas y bolsillos… una naranjita, unos dátiles, unos higos secos, a claro y seguro que también habían orejones, en fin, un popurrí de chocolatinas montañeras y a la marcha.


Ermita de Catí
   Desde La Ermita de Catí partimos hacia nuestro punto de retorno, EL PANTANET, pero antes de llegar encontraríamos alguna sorpresa. Iniciamos la marcha retomando La Colada del Estret para dejarnos caer hacia el pozo de nieve de la casa de L´Administració, y al llegar al pozo de nieve…pues si NIEVE, y no es que en Catí no nieve, pero ya hacia unas semanitas que no se veía na de na por ningún sitio…unas fotitos para el blog y a continuar. 

Enrique con India y Ernesto

Lolo


Lolo abriendo paso por  el hielo












   Seguimos  bajando por la Vereda de Catí (Rambla de Badallet), hasta pasar por la ya ruinosa Casa              l´Alegria (Casa de Quintín), el Naixement del Pantanet…y tras más o menos un par de horitas de pateo, EL PANTANET. Cruzamos la carretera y nos aproximamos para ver la presa del Pantanet desde  su parte inferior, “La Cueva del Chocho”, así es como la llaman los Petrelancos… OOOhhhhh!!! pero que es esto?, Que ha pasado aquí?, Dónde estamos? … solo había una explicación lógica los guerreros de Sauron nos habían embaucado y tras la llamada de su amo nos habían conducido directamente a la tierra negra, nos encontrábamos en en las puertas de Mordor y nuestros captores se disponían a entregar nuestras cabezas al Señor Oscuro. ¡Despierta!. Bueno para verlo aunque sea en las fotos, una impresionante chorrera de hielo colgando de la presa.




   Emprendíamos el regreso bajando por el Barranc de la Gurrama para coger la senda que conecta el inicio de la Cresteria del Frare con la carretera de Petrer a Castalla, ya en la carretera nos dirigimos hacia el Parat de Catxuli y dejando a izquierdas la Casa de Catxuli avanzamos por la pista asfaltada hacia Rabosa. A la altura de La Piedra Verde, antes de llegar a Rabosa, dejamos la carretera para coger una senda paralela a esta que nos dejó en el Parque.Desde Rabosa el tramo de retorno final lo hicimos dejándonos caer nuevamente a la Rambla de Rabosa y emprendiendo el camino a la inversa.

    A José M lo estaba remolcando el Lolo, que parecía el único con fuerzas y yo estaba ya cansado, la ruta era algo más larga de lo habitual, era un momento de hacer balance y recapitular, había sido un día diferente, la ruta del domingo se había convertido en una expedición a unas tierras extrañas, y lo mejor de todo con dos nuevos compañeros que nos abrieron los ojos un poco más, …un par de pensamientos más tarde ya estábamos en el parking del Rincón Bello…justo a tiempo de encontrarnos con Bartolo y Manolo, dos integrantes de Els Caragols que venían corriendo de Albacete (como poco 23 km para estirar las piernas). Tras saludarnos, José M hizo un intento de “cervezada masiva”  que frustre alegando que ya era muy tarde (os debo una). Un día para no olvidar, desde aquí les agradecemos a Ernesto y Herrera la tan grata compañía que nos brindaron y que compartieran con nosotros parte de su sabiduría.

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